FUNDAMENTACIÓN
1° Normas para una buena convivencia 6º
Fundamentación
Un gran desafío de la educación está focalizado en la formación de personas que buscan el bien propio y el de los demás, con capacidad para conocer, comprender, enriquecer y transformar el mundo en cooperación con los otros, durante toda su vida. En este marco, la escuela asume la responsabilidad de formar sujetos políticos en tanto pone en relación voluntades y explicita y construye lazos y significaciones sobre la dimensión política de los sujetos. Un aporte en este sentido:
La escuela es un ámbito donde se convive con otros, junto con quienes se construyen aprendizajes múltiples y diversos: se aprenden contenidos y también "modos de estar", en tanto se ponen en juego regulaciones y relaciones con la autoridad; se aprende a compartir espacios, tiempos y materiales. (Diseño Jurisdiccional de la Prov. de Cba. Nivel Primario. 2012).
La educación para ser y estar con otros y otras encuentra en la escuela un espacio y tiempo privilegiado. Son valores y experiencias de formación para la vida democrática:
• La participación con responsabilidad en la vida del aula y de la institución,
• La resolución pacífica de los conflictos cotidianos,
• El trabajo cooperativo para el mejoramiento de la vida común,
• El compromiso en proyectos concretos de solidaridad en la escuela y con el ambiente en la que está inserta.
• El ejercicio de la libertad, el afecto, la tolerancia, la honestidad, el respeto, la justicia, en las relaciones entre sus pares y con los adultos;
• El esfuerzo y la valoración del trabajo bien
2° Fines formativos
“La escuela mercedaria al servicio de la educación de la persona”
Las escuelas mercedarias tiene, como vocación educar para ayudar a formar hombres y mujeres que sean y actúen conforme al proyecto de Dios que los invita a la realización plena, a la convivencia fraternal, a la colaboración a través del trabajo en la construcción de un mundo más justo y más humano para todos y todas, a la rela¬ción con Él como hijos e hijas, a la acción redentora.
Por todo esto es que la escuela mercedaria se compromete a contribuir en la formación integral de niños, niñas y adolescentes a través del desarrollo de sus capa¬cidades físicas, socio-afectivas, intelectuales, éticas y espirituales en el marco de una educación para la diversidad.
De este modo, la escuela mercedaria promueve una persona:
• capacidad de reflexión, iniciativa, creatividad e inquietud por el saber (Conocimientos).
• Con sensibilidad crítica para leer, interpretar y transformar la realidad en que vive, según los valores auténticamente humanosevangélicos.
• Con una conducta responsable, liberada de condicionamientos personales y sociales, capaz de respetar la dignidad y la libertad de los otros y otras.
• Con capacidad para asumir el compromiso de ser sujeto activo de su propia historia, aceptando la realidad concreta de su tiempo para transformarla.
• Con aceptación de su trabajo como medio de realización personal, en colaboraciócon el plan de Dios por un mundo más justo y fraterno.
• Con capacidad para construir un proyecto vital con adhesión a la persona de Jesucristo.
3º Valores para construir, vivir y enseñar
La escuela introduce sistemáticamente a los estudiantes en la reflexión y la acción para incidir en el espacio público, donde se ponen en juego los intereses individuales y los del conjunto; posibilita el acceso al conocimiento de las regulaciones sociales a partir de normas y prácticas; promueve el juicio crítico sobre los valores evangélicos y democráticos, Los valores de los cuáles se desprenden las normas aquí planteadas y los cuáles deseamos promover y practicar, son:
Justicia.
Igualdad.
Solidaridad.
Libertad.
Respeto por las diferencias.
Patriotismo.
Amistad.
Si estos son los valores que queremos vivir y estas son las acti¬tudes que queremos manifestar en nuestras interacciones con los otros, entonces, podremos clarificar cuáles son los principios y comportamientos esperables entre docentes, alumnos, directivos, padres... Aparecen así las acti¬tudes positivas de convivencia esperables y como última parte del código de convi¬vencia nos planteamos, las situaciones en que durante la convivencia se den actitudes negativas, las no esperables y en consecuencia, aparecen las medidas disciplinarias.